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Con la finalidad de que los metales utilizados en distintos tipos de industrias puedan resistir los factores ambientales de exposición al aire y a la humedad, existen múltiples métodos de recubrimiento con los cuales se les protege de la corrosión y se les procura una mayor durabilidad.
Entre los procesos más habituales por su efectividad, encontramos el galvanizado, el cual, a su vez, puede efectuarse de varias maneras, siendo por medios electrolíticos y mecánicos dos de las más populares.
A grandes rasgos, el galvanizado consiste en proveer de una capa de zinc a los metales para distintos tipos de piezas, como los resortes de acero, figuras de alambre, balancines, contrabalancines, anclas refractarias y muchas otras más.
¿En qué consiste el galvanizado electrolítico?
Denominado también como electrozincado o simplemente zincado, se trata de un proceso en el que mediante deposición electrolítica se añade una capa de zinc muy fina (5 a 20 micras).
Se logra sumergiendo el metal base en una solución de iones de zinc con la que reacciona en frío creando una capa uniforme y con un excelente acabado a la vista y al tacto.
¿En qué consiste el galvanizado mecánico?
A diferencia del caso anterior, estamos hablando de un proceso que se realiza a temperatura ambiente y que, como su nombre lo indica, para el recubrimiento de las piezas de metal se recurre a medios mecánicos a través de una campana rotatoria que contiene esferas de vidrio que hacen que el zinc se adhiera formando una capa de 3 a 75 micras.
¿Cuáles son sus diferencias?
Aparte de las obvias diferencias que existen entre cada uno de estos modos en que se realiza el proceso de galvanizado, encontramos otras distinciones entre los resultados finales conseguidos con cada uno de ellos.
En este orden de ideas, podemos decir que el galvanizado electrolítico es un poco más delgado y menos resistente, por lo que su uso se recomienda en piezas metálicas que estarán situadas en interiores y que no entrarán demasiado en contacto con agua o ambientes húmedos.
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No obstante, el electrozincado tiene a su favor que suele ser más económico cuando sólo se requiere un recubrimiento delgado, además de que su acabado es totalmente uniforme.
Por su parte, el galvanizado mecánico ofrece la ventaja de que durante el proceso no se genera hidrógeno residual que podría hacer más frágil la pieza recubierta, además de que resulta más barato a mayor micraje.
Dicho esto, a manera de conclusión cabe aclarar que cada uno de estos galvanizados presenta un excelente desempeño y durabilidad siempre que se utilicen adecuadamente conforme a las necesidades que exigen las piezas metálicas que contarán con ellos.
Si no sabe cuál de estos métodos conviene más para sus resortes, en Rehisa podemos asesorarlo. Llámenos al teléfono de atención directa en planta (76) 37860247 y permítanos brindarle una atención personalizada para aclarar todas sus dudas al respecto.